Mi jardín

by - julio 23, 2011

Fue pura coincidencia que el llegara hasta mi jardín, habiendo un montón de otros en este sendero, el mío tenía una puerta con candado, esto no lo hizo desistir, siguió ahí parado y decidió no marcharse hasta poder abrirlo entre más tiempo el pasaba a las afueras se dio cuenta de que la única llave era la paciencia.

Cuando por fin pudo introducirse conoció, miro, pero sobre todo sintió  ese suelo erosionado, volvio a plantar todos esos rosales que había sido arrancados, se dispuso a cuidarlo, en el centro de mi jardín en un charco cualquiera florecía prematuramente un lirio, tal vez esta fue la razón de que este jardinero quisiera quedarse a darle un cuidar tan destrozado jardín. Y así fue de un modo sorpresivo todo volvió a florecer y florecer, y se respiraba de nuevo ese fresco aroma.

Mi jardinero enfermo y tuvo que volver con los suyos, este anunció a todas las flores que volviera lo más pronto posible, pero estas flores exquisitas no pudieron seguir floreciendo, o al menos no después de que cierto jardinero brindaba tan delicados cuidados, se fue y ahí que quedo mi jardín empezando a marchitarse con rapidez, pero quedando con la puerta abierta ya que aquel despistado olvido cerrarla, y así es como han llegado algunos otros jardineros temerosos, con toda intención cuidar este jardín sombrío, pero que en el menor descuido lo espina para alejarlos y es que es inevitable que suceda ya que prefiere alejarlos ante de que vuelva a ser abandonado.

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