Efecto

by - diciembre 18, 2012

Hoy no pintaba mas que para ser un día ordinario, era mi día de descanso. Gaste las horas en ordenar la habitación, pensé cosas sin sentido y añore Toluca como nunca antes.

Los ojos de Sofía me mantuvieron sonriente toda la tarde e incluso ayudaron a que ese frío interior se fuera momentáneamente. No había más que silencio, charlaba con aquel que pretende remplazar tu lugar, pero entro más lo conozco, se que no tenemos nada en común que no puedo quererlo, porque no estoy lista y porque el no es lo que necesito.

Ahora el remordimiento es peor, creí que al ir cerrando el círculo que un día formamos estaría completa. Saber que mi indiferencia no sirvió de nada solo me hace sentir mas ruin.Todo marchaba de maravilla, les había dejado claro que no quería saber nada respecto a ti.

Pero así como son de inoportunas las palabras en un funeral, así de impertinente mi hermana irrumpió mi tranquilidad.

Ni un saludo para crear atmósfera, fuiste grano como siempre:
-Hoy lo vi-
Sonreí al saberlo, pero esa risa apretó tan fuerte mi corazón hasta que se hizo presente el llanto.
-No quiero saber nada- asegure tajante, pero la ansiedad de saberlo todo, todo y con detalles siempre me delata.
-De todos modos modos te contaré-
Un gran alivio se apodero de mi, las lágrimas no cesaron y solo entendí que lo que siento por ti aún vive.. más intenso y sincero.
-Lo quiero Monse-
Esa era la única verdad, la que podría gritar hasta el cansancio y de la que me siento más orgullosa.
Imagine que empezaría el sermón, repetición de consejos dichos en otros momentos, nada de eso paso.
-El también te quiere- cuando ella dijo esas cuatro palabras mi mundo aquel del cual huí por miedo regreso, me extendió los brazos y me murmuro:
-Bienvenida-

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