Ágil proceso

by - diciembre 26, 2011

Si se lo hubiese contado a cualquiera tal vez no me lo creería, pero ese no fue el motivo por el que decidí no hacerlo, si esto de pasaba de boca en boca, si todos lo sabían perdía en gran cantidad su significado.

El: músico, alto y extremadamente delgado. ¿Qué más se podría pedir? ... Carajo! y pensar que un par de horas después el era quien se acercaba cauteloso a charlar.

Yo impresionada cruce algunas palabras con aquel sujeto tan interesante. Al día siguiente yo le había mandado un mensaje mediante famosa red social que no quiero ahora ni mencionar. El mensaje fue rápidamente respondido y así paso todo vertiginosamente entre preguntas sutiles y presentimientos de seguridad.

Lo que empezó como una serie de mensajes, más tarde se transformo a videollamadas, y por último upués a llamadas que me perturbaron toda.

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